Los sueños de Hermes

Cuando alguien, dios o mortal, hace lo que más le gusta, transmite "entusiasmo", cuando ello es la docencia, sean quienes sean los discentes, deja de ser un inmortal para volver a ser un magister con ganas de enseñar y de aprender… y más cuando una forma de enseñar y trabajar se extiende con nuevas ludotecas clásicas o más talleres de grafitis electorales…

"-Hermes, vuelve. Pues este loco y enfermizo mortal empieza desvariar…"

"-Será el exceso de tareas y las próximas actividades de la Asesoría de Cultura Clásica, pues hasta los dioses necesitamos un descanso y para ello nada mejor que unas largas Saturnales entre los tesoros de la plaça de la Font, en las que decorar nuestro propio vaso ático, disfrutar de la música del ζειμπέπικος, visitar nuestra villa de cartón y descubrir el paradero del águila de la Legio Nona Hispanica, que para ello habrá tiempo.

Pero aún queda una septimana para el otium en el teatro de Leptis Magna, y mientras llega, la sorpresa está a la vuelta de una web… pues hay quien duda de la maternidad de lengua de Virgilio. Extraños mortales estos que más parecen dragones, grifos o quimeras. Gracias a los dioses que los mortales clásicos son como los galos en Alesia y recuerdan la primera guerra del mundo (que yo no disputé), siguen a Eneas en sus divinos trayectos, acompañan al gran Chiron hacia el Cliopatria 2008 o practican exercitia al discipulos docendos. Y aunque de cuando en cuando surge alguna nueva madre Medea, más numerosas son quienes se disponen a nutrir a los bebés clásicos, pues las hay incluso en los confines de Hispania hasta donde llegan también interesantes excerpta latina. Legión son ya los clásicos que utilizan las TIC y la web 2.0 en el siglo XXI en su deambular por las actividades de la Vía Augusta…

Parece que se avecinan tiempos de crisis diocleciana con nuevos accesos a la enseñanzas universitarias, aunque si estas son como en Caesaraugusta, yo sé de algunos dioses que mostrarán su cólera…

Parece que el aceite de mi lucerna Fortis se agota y he de marchar, pero no sin antes dejar esta propina griega para mis amigos de Hispalis.