Los sueños de Hermes

¿Por qué estás tan radiante, Hermes? ¿Qué esconde esa sonrisa en tus labios? Percibo cierto cansancio en ti, pero parece como si el icor se iluminara en todo su ser. Cuéntale al dios de dioses qué se esconde en tu marsupium...

En verdad no puedo ocultar mi alegría, padre, por tantas y tales noticias. Y si por alguna es conveniente comenzar, será por ésta, pues los Talleres de Cultura Clásica de Sagunt tendrán una sede permanente y como Aula Didáctica podrán ser visitados por miles de mortales sea cual sea el viento que sople.

Y junto a ella, qué decir de los Ludi Saguntini 2008 que no hayan dicho ya los clásicos habitantes de la blogosfera, como bien recoge nuestra Ana Wiki, y que tú no sepas, pues entre tanto gentío percibí tu presencia, aunque no revelaré con qué metamorfosis deambulabas por Sagunto, supervisando los rituales a Ceres y los lararios del hogar, vigilado discretamente por Iris para que no incumplieras las leyes sobre el adulterio. Evitabas a los sicofantas, pero la sexualidad femenina, en más de una ocasión, tiene un gran poder sobre el divino soberano. Ibas buscando a esas Venus del siglo XXI entre las jóvenes de los Secretos de Argos, sin prestar atención a lo que comían los griegos o al despistado grifo que por allí apareció.

Seguro que con tanta distracción te has perdido el último capítulo de la “Familia lucentina”...; ignorarás que han descubierto un teatro romano en nuestra querida Acci , que parte de tu amado Partenón se traslada  y que ya tenemos finalistas del “V concurso El Gran Julio César”.

Y después de tanto acontecido, sólo los que no tienen una cacatio matutina pueden creer que estamos muertos. Pues ni el latín y el griego están muertos, su utilidad está fuera de discusión, y su enseñanza ya estaba renovada sin muchos saberlo, como lo demuestra sabiamente Latina Carolina y sus múltiples recursos. Y más después de lo visto y escuchado en Baeza, como muy bien canta la Sirena Mercedes, que con sus melosas palabras atrajo a todos los navegantes béticos a las costas de los clásicos, donde sin duda Vergilius tiene un gran editor...

Disculpad, egregios mortales, la brevedad y concisión de anteriores post..., pues a veces olvido lo que soy, y más si a todo lo anterior se suman las celebraciones por la fundación de la Ciudad. Feliciter, feliciter!

“... et ceterum censeo Theatrum Saguntinum non esse delendum”